Hoy os traemos otro de nuestros manjares del Alto Aragón! La ternera de raza Parda criada en las praderas del Pueyo de Araguás que representa el sabor de nuestro Pirineo.
Rubén, de la Carnicería Badías nos atendió amablemente para contarnos las bondades de esta deliciosa carne pirenaica. Realmente es una carne que sorprende, una ternera alimentada en los prados del Pueyo complementada con compuesto vegetal, lo que aporta a la carne un color más rojo y con bastante infiltración de grasa que la hace muy jugosa especialmente para la brasa.
Su maduración es de 3 semanas, ya que si fuera superior en este tipo de ternera se echaría a perder la carne.
Nosotros la degustamos este fin de semana, chuletón y entrecot! Y solo podemos decir que está muy jugosa, sabrosa y deliciosa. Con una calidad/precio inmejorable!
No se encuentra disponible en muchos lugares, os dejamos 2 carnicerías que conocemos donde la venden en Aínsa, que además de esta ternera encontraréis otras delicias gastronómicas irresistibles:
CARNICERÍA BADÍAS
- VENTA ONLINE: carniceriabadias.com
- INSTAGRAM: @carniceriabadias | FACEBOOK @carniceriabadias
- C/ San Victorián, 2 , 22330 Aínsa
- Telf: 974 50 05 56
- Móvil y Whatsapp: 680542705
- Email: info@carniceríabadias.com
CARNICERÍA FES
- VENTA ONLINE: www.carniceriafesainsa.com
- FACEBOOK: @CarniceriaLaReja
- Calle Mayor, 22, 22330 Aínsa, Huesca
- Email: ecofesainsa@gmail.com
- Teléfono: 974 50 07 87
Podéis acompañar vuestra visita a Aínsa, con una visita al Pueyo de Araguás para descubrir la localidad medieval en la que viven las protagonistas del post.
Esta localidad se ubica en lo alto de un cerro alargado sobre el barranco de El Soto, a los pies de La Peña Montañesa. Su perfil irregular se dibuja en el paisaje como una réplica a menor escala de la gran mole de piedra que lo cobija.
Este núcleo ha sabido conservar el especial encanto que marcaron en siglos pasados sus habitantes y los monjes que, en su trayecto al monasterio de San Victorián, situado a 9km, hacían su parada habitual en este núcleo para meditar y transmitir su cultura.
Los vecinos y vecinas de esta localidad, que en su día estuvo fortificada para protegerse del enemigo, han rehabilitado sus casas respetando las construcciones y el entorno del Pirineo. La sorprendente disposición de sus casas, con claro sabor medieval, asombra al visitante.