Desde la época romana se ha conferido a los puentes un contenido religioso (de ahí la etimología de pontífice), rodeándolos de manifestaciones paganas que la Iglesia procuró cristianizar.
Los puentes han sido susceptibles de apropiación por la mentalidad popular: la magnitud de la obra y su persistencia. Esto hace que pervivan en sus entorno ciertos rasgos mágicos, que suelen plasmarse en leyendas. No es rara la denominación de «Puente del Diablo«, referente siempre a la participación de las fuerzas ocultas y poderosas en la construcción; por ejemplo mediante un pacto en el que el arquitecto vende su alma.
Por otra parte, el deseo común de que los puentes se perpetúen en pie induce a concentrar en ellos signos y símbolos benéficos que intentan conjurar las habituales destrucciones y derrumbes. La actuación de la Iglesia es más evidente en este área: proliferan las efigies de santos y las cruces, hay muchas capillas en las cabeceras, etc. En especial, se tiende a santificarlos, colocándolos bajo la advocación de ciertos santos protectores, a los que se suelen atribuir milagros relativos a la buena conducción o a las mismas construcciones. En Huesca son frecuentes las dedicaciones a San Nicolás, San Salvador, San Cristóbal o San Miguel , que, en este caso, supone precisamente la antítesis del demonio.
Por eso os traemos 10 de estos mágicos y espectaculares puentes medievales que no puedes dejar de cruzar! Lo que sentirás en lo más alto de los mismos no podemos explicártelo pero si por donde empezar:
Puente de los Peregrinos, Canfranc
Poco antes de llegar a Canfranc, al lado derecho de la carretera y junto al pequeño cementerio del pueblo, se halla el puente de peregrinos que permitía a éstos cruzar el río Aragón.
Data en origen del S XII y se halla en muy buen estado de conservación.
Puente de San Nicolás, Bujaruelo
En la pradera de Bujaruelo nos encontramos con la ruinosa ermita de San Nicolás, primer templo que hallaban los peregrinos tras cruzar el puerto de Bujaruelo o Gavarnie desde Francia a través del puente románico del XIII que hay a su lado, que recibe el nombre de la ermita.
Puente San Miguel, Jaca
Está situado junto a la carretera que conduce al Valle de Aísa, en la salida de Jaca, sobre las aguas del río Aragón.
No se conoce la fecha de su construcción, aunque suele aceptarse que, por su aspecto y estructura, el puente es de época bajomedieval (siglo XV). Fue restaurado en 1608 y 1816.
Puente medieval de Montañana
Montañana es una pequeña población que parece permanecer anclada en su pasado medieval. Para llegar hasta aquí, hay que desviarse a nuestra izquierda al poco de rebasar la localidad de El Puente de Montañana. En poco más de 1 kilómetro llegamos a una pequeña explanada. Allí hay que dejar el coche y caminar entre sus primeras casas. Muy pronto llegaremos al puente medieval de dos ojos que salva el barranco de San Juan.
Cruzar el puente supone zambullirnos de golpe en la época medieval de esplendor de este lugar. Sus calles empedradas con mil y un recovecos conservan la esencia del pasado. Es sin dudar el pueblo más típicamente medieval del alto Aragón.
Puente de Abajo, Graus
Graus está situado estratégicamente en la confluencia de los ríos Ésera e Isábena. Ante sus muros fue herido de muerte Ramiro I de Aragón por una lanzada en un ojo del jefe árabe Sádaba, camuflado de cristiano.
Es el «Puente de Abajo», al sur de la población, el más característico de sus monumentos. Data su obra del XII, sobre fundamentos romanos.
Desde el puente, la vista de la Basílica de la Peña es impresionante.
Puente Románico de Capella
Pocos kilómetros al este de Graus siguiendo la ruta del río Isábena, llegamos a la localidad de Capella. Frente a la misma, un precioso y elegante puente datable en el siglo XIII, permite cruzar el río.
Es del tipo «lomo de asno» de notable longitud y gran altura en su ojo central. Está flaqueado a ambos lados por réplicas del mismo, cada vez de menor tamaño llegando a quedar bajo el nivel de algunos campos de cultivo próximos. Elegante silueta con más de 100 metros de longitud.
Puente Medieval de Besians
A la izquierda de la carretera C-139 de Graus a Benasque no muy lejos de la primera localidad, se localiza la pequeña localidad de Besians. Su puente medieval tendido sobre el Ésera es precioso.
El origen del mismo es medieval, del XIII, con modificaciones del XVIII. Su longitud es de 45 metros.
Su calzada, provista de pretil, es estrecha y se experimenta una extraña sensación al pasarlo, mezcla de aventura, inseguridad y reconocimiento a quienes supieron hacerlo.
Puente románico de Roda de Isábena
A unos 500 m del desvío para subir hacia Roda de Isábena, un cartel indicador nos marca la dirección a tomar para acceder al bello puente románico existente sobre el río Isábena.
Hay que dejar el coche, nada más salir de la carretera, y descender andando hacia el puente, a lo largo de unos 300 m.
La imagen, nos muestra en perspectiva la situación del puente sobre el cauce del Isábena; y al fondo, en lo alto, la localidad de Roda; hacia donde debió conducir el camino que pasaba sobre el puente.
La calzada del puente es muy estrecha, no permitiendo sino el paso de personas y caballerías; pero no de carruajes. La sensación sobre lo alto de su arco, es… inquietante.
Puente del Diablo y Puente del Infierno, Olvena
Sobre el río Esera y junto al puente moderno que nos conduce a la población de Olvena se halla el llamado Puente del Diablo, S. XII.
Aguas arriba, en pleno congosto de Olvena, se halla el Puente del Infierno que impresiona por su increíble elevación sobre el cauce del río (apreciar el la última imagen, la sombra del puente sobre el fondo del congosto). Es difícil no sentir sobrecogimiento y hormigueo en la planta de los pies al mirar hacia abajo.