Estación de Canfranc

Símbolo de las comunicaciones internacionales de España, el edificio de la Estación de Canfranc pervive al abandono de sus instalaciones desde que se suspendieran los trayectos al otro lado de los Pirineos.

Llama la atención su tamaño, con 241 metros de longitud y 75 puertas en cada uno de sus lados. El modernismo que imperaba a principios del siglo XX se refleja en los materiales de esta estación ferroviaria, que se levanta con hormigón, piedra, hierro y cristal y con una cubierta de pizarra.
Como un palacio francés del siglo XIX, la Estación de Canfranc supuso toda una obra de ingeniería para evitar los aludes de nieve. Abierta en el año 1928, cerró sus puertas cuando Francia suspendió la línea al descarrilar un tren en el año 1970.

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